Yo soy tauro ♉
Soy una persona terrenal, que me gusta la rutina y la estabilidad.
Me gusta que, aunque los días son diferentes por mi trabajo y estilo de vida actual, exista cierta estructura y ciertos actos que no cambian.
Que casi todos los días haya cosas repetitivas, no quiere decir que sean aburridas.
Todo lo contrario. Puedes convertirlas en un ritual a tu medida.
Yo tengo dos rituales que son inamovibles, personales e intransferibles (eso último no, me los puedes copiar):
Si no quieres perderte ninguno de mis post, suscríbete aquí (es gratis):
Mi café de por la mañana
Yo me levanto después de remolonear en la cama unos minutos, porque soy completamente incapaz de despertarme y automáticamente levantarme.
Y real que no puedo avanzar en el día si no me lavo la cara con agua fría y los dientes (sí, me lavo los dientes antes de desayunar. Y sí, me los lavo también después de desayunar), y me bebo un vaso de agua fresquita (como mínimo). Ah, y me cepillo el pelo.
Y dirás: “¿y todo esto qué tiene que ver con el café?”
Pues nada, pero es mi ritual.
Dejo pasar un ratito, porque he leído que tomar el café nada más levantarse no es bueno (nosequé del cortisol).
Y ahora sí.
Cojo mi cafetera italiana, que tiene el asa de madera y es monísima. Pongo agua caliente en el depósito. Pongo el café con la cuchara de madera que tengo para el café (no puede ser otra). Cierro la cafetera. Y con el fuego en el 8 espero a que empiece a hervir. Y empiece a aromatizar la casa.
¿Me recomendáis algún café molido? Yo uso el de Mercadona y está rico, pero me gustaría hacer un upgrade y mejorar la experiencia.
Ahora pongo a calentar mi leche de almendra en el espumador y, mientras tanto, saco mi maxi taza de Anna + Nina y con mi cucharita de café (una de borosilicato de ZARA Home) cojo un poquito de miel (tengo una muy natural de cedro que compré en Herbolario Navarro).
Sirvo el café ardiendo y veo cómo se derrite la miel. Echo la leche y la espumita. Y espolvoreo un poco de canela por encima.
Enciendo una vela y me siento tranquilamente a degustarlo (si pudiera tomármelo al solecito, lo haría ☀️).
*Tip extra: hace poco que he descubierto esta playlist para las slow mornings, es una maravilla. Suena a una cafetería aesthetic en Seúl (o así me lo imagino porque no he estado en Seúl. Pero quiero ir).
Mi rutina de skincare nocturna
No esperéis una rutina extensa y milagrosa. Me encanta el beauty pero necesito que sea algo sencillo porque si no, no lo hago.
Me recojo el pelo con una diadema y me pongo las muñequeras (¿hay algo peor que te chorree el agua por los brazos cuando te lavas la cara? No, gracias)
Y empieza mi doble limpieza (si estoy maquillada): un bálsamo para retirar el maquillaje (yo tengo este de Rowse que me recomendó mi amiga Meri, es maravilloso y huele a mandarina), y un gel jabonoso de Cerave.
Aplico con la mano directamente mi tónico favorito. Es de Naturie y lo compré en Japón (quiero volver a Japón).
Para el contorno de ojos soy un poco infiel, tengo varios y voy cambiando. Si tengo que elegir alguno me quedo con el Double Serum Eye de Clarins, pero seguro que los hay mejores.
Como penúltimo paso el sérum: suelo alternar dos de la Roche Posay: el de Retinol B3 y el de Cicaplast B5.
Y para sellar todo, una crema hidratante. Te recomiendo esta de Sunday Riley con ceramidas. No vas a querer utilizar otra nunca más. También recomendación de mi amiga Meri.
Convertir la rutina en algo especial para nosotros en forma de ritual hace que la cotidianeidad sea placentera y no canse. Y puedes modificar los rituales siempre que quieras y adaptarlos. O crear nuevos.
Y además, opino que ayudan a mantener los buenos hábitos en el tiempo.
Y tú, ¿qué rituales tienes? Yo quiero invertir mi tiempo en crear uno para el momento lectura y otro para la meditación.
Nos vemos pronto.
Lau.